“LA
CASA DEL CARIÑO”
Cuento coqueto.
La elegante Casa o Casona del Cariño se ubica en la
calle Revela 179b en la deleitosa provincia de Arica, la puerta norte de Chile,
cerca y al frente de la playa Chinchorro. Un lugar acogedor de dos pisos, con
50 habitaciones tapizadas y emperifolladas sensualmente, una gran pista de
baile con un escenario de alfombras y baldosas elegantes, un anchuroso y
hermoso jardín, un pequeño casino, un bar, una zona de producción de
espectáculos que incluía vestuario, maquillaje, peluquería, sonidistas,
tramoyistas y mucho más, y un amplio estacionamiento que no se ve desde afuera,
para proteger la identidad de los honorables invitados y visitantes, más una
habitaciones anexas, de la
Nunca supe si “el exorcista” era o había sido
sacerdote o un predicador o si simplemente le agradaba, por amor a Dios, expiar
el alma de las mujeres nocturnas y supuestamente descaminadas. Pagaba al
contado su hora feliz, sus sesenta minutos de fruición. Los horarios eran
flexibles, los honorarios no, porque el cliente siempre tiene la razón, una vez
cubierto los costos. Se apersonaba en
-Rosina, buenas noches, que gusto tan grande de
saludarla nuevamente, ¿tendría usted la gentileza de autorizarme a acompañarla
a vuestros aposentos, si es que no la contrarío? –dice un complaciente
exorcista.
-Ya que el caballero insiste, por supuesto,
acompáñeme de inmediato, que estoy siempre preparada. Será todo un honor –contesta
una concupiscente Rosina, que se lo lleva de la mano a su habitación 13,
caminando como si fueran novios recién casados saliendo de una iglesia,
adicionando de esta forma delicadeza al apareamiento reconfortante-.
Una vez allí el exorcista saca de su bolso una
estola y una cruz y ella se desviste, no totalmente, y él empieza con su severa
y limpieza mensual impar.
-Satanás, sal de este pecaminoso cuerpo, de lujuria
y perdición –le apunta con la cruz en posición vertical, a sus senos-, en el
nombre de Jesús, María, el sacristán, los beatos y absolutamente todos los
santos apóstoles ¡ahora! Satán, con la fuerza que me da la inmaculada Madre
Iglesia, te reprendo ahora y aquí mismo, ¡Apártate del cuerpo de esta meretriz
en este instante! Y tú, hembra extraviada –la mira con los ojos desorbitados-,
¡pídele perdón a Dios por tus portentosas e incesantes ofensas! ¡ahora, ahora
mismo! –expresaba un concentrado y leído exorcista.
-¡Perdóname Dios, perdóname! Enmendaré el rumbo
desde mañana, te lo prometo, te lo prometo – contestaba con intensidad una
Rosina que conocía y observaba todo el formato del lavado.
-¡Que las tinieblas sean expulsadas de este
espantoso lugar y del alma de esta pecaminosa mujer, en el nombre del
Todopoderoso!
-¡Perdóname Señor, perdóname! –proseguía y
proseguía ella, involucrada totalmente en su rol de oveja negra putrefacta.
Así estuvieron los sesenta minutos acostumbrados, que
no sintieron. Él intentaba higienizar su alma con pasión, rezando y profiriendo
las expresiones adecuadas, y ella, le pedía perdón a Dios angustiándose cientos
de veces, porque él se lo ordenaba. El maestre, escoltado por su secretario
privado Pretorio, golpea la puerta de la habitación y conversa con el liberador
de demonios, con su celoso cronómetro en la mano.
-Estimado exorcista, disculpe que lo moleste, los
sesenta minutos se acabaron, –le comunica el maestre, calmosamente.
-Discúlpeme mi torpeza anfitrión, el tiempo se me
pasó volando. De inmediato le cancelo sesenta minutos más –dice el exorcista,
con billetes grandes en la mano.
-Gracias mi estimado exorcista, puede continuar
entonces una hora más. Disculpe mi impertinencia- dice el anfitrión muy formal,
y se retira de inmediato del dintel de la habitación.
-Rosina, toma ahora tu buena propina y extendamos
la jabonadura –le dice el exorcista con afecto y dándole besos en la mejilla y
en la frente.
-Gracias, muchas gracias mi generoso purificador de
almas. Siempre eres igual de desprendido conmigo. Gracias. Cuando no vienes, te
echo de menos. Ahora continuemos, por favor –dice una alineada Rosina.
-¡Lucifer, sale de este centro de perdición, del
cuerpo de esta mujer de alma impía! –señalaba e insistía con vigor el arrebatado
aseador de almas ajenas.
Después de algunos párrafos manumisores, Rosina lo
acostaba en la cama desnudo y lo manoseaba entero y se le entregaba dulcemente
subiéndosele encima sin mostrarle los senos totalmente, por pudor, y con su
alma más limpia, como exponía él. Él, que se dejaba amar, no le tocaba a ella
las zonas púdicas porque se sentía sucio, sólo la cintura, brazos, rostro,
espalda y piernas. El exorcista se iba dichoso a su casa, sin ese rostro
severo, con su sacramentado bolso y esa sensación apócrifa del deber cumplido.
Rosina, con creativas adulaciones, le suplicaba que volviera: “Te amo mi
querido exorcista, regresa pronto. Mi espíritu se regocija al verte”.
Cuando al mesón de caoba llegaba “el violador”,
pasaba al bar primero, uno de los ingresos pecuniarios estratégicos de
Como parte de la política de reclutamiento del
selecto personal el maestre se paraba en las esquinas nocturnas del placer de
Arica y de otras ciudades, incluyendo el extranjero, buscando servidoras
públicas que satisficieran los disímiles y antojadizos requerimientos de los
asiduos de
-Estimada señorita, ¿cuál es su nombre? –consulta el
maestre.
-Si me paga media hora, que son 200 escudos, le
respondo todo –contesta la joven de la esquina del placer, algo extrañada.
-Acepto. Aquí tiene 300 escudos y dígame, ¿cuál es
su nombre?
-Mi nombre es Jennifer, estimado señor.
-Apreciada Jennifer, yo soy el propietario de uno
de los nidos del deleite más respetados del país y de América. Usted es una
mujer joven, curvilínea, atractiva y que se viste muy bien. La he observado
detenidamente y en usted veo la lozanía perfecta para reemplazar a Olivia en
nuestro “dream team” de
-¿Usted cree que puedo ser una prostituta eficiente
en la mítica y exigente casa que usted dirige?
-Jennifer, no menoscabe vuestro antiquísimo,
inmortal e irremplazable oficio, por favor. Usted no es una prostituta, usted
es una servidora pública, y yo que conozco hace años el negocio, diviso en tu
curvilíneo cuerpo un talento que será fructífero. No utilices ese lenguaje, no
te menosprecies. La genuina prostitución reside en la política, en la religión,
en la banca, en los macroempresarios, no en una muchacha que ama físicamente a
los varones, sin prejuicios. Los verdaderos corruptos han engañado a la gente a
través de los siglos haciéndoles creer que la hembra que entrega su afecto por
un justo estipendio es una ramera. Mentira, todo es una farsa. Este mundo es
una completa farsa. Los que encubren los abusos a menores de edad, los
usureros, los sobornadores, los lavadores de dinero, los criminales, los
contrabandistas, los negreros, los poderosos que se roban todo empobreciendo a
las multitudes, son los únicos degenerados, las únicas prostitutas. En lo tuyo
hay hasta una vocación social. ¿Quién intimará con ese minusválido anhelante de
afecto? ¿Qué profesional satisface las fantasías sexuales más estrafalarias e
irrazonables de los desazonados caballeros? En mi local nocturno ganarás el
triple y más, no pasarás frío y comerás bien, asesorada por nuestra
nutricionista y las profesoras de baile y otras, que nos acompañan en nuestra
nave del amor. Se una marinera más. Es una morada con todas las comodidades. Te
desenvolverás como pez en el agua. Participarás de todas las capacitaciones que
el fatigoso quehacer amerite. Eso sí, es obligación asistir al gimnasio y al
jacuzzi, mantener el peso, la prestancia y asistir una vez al mes al ginecólogo,
más otras exigencias que nuestro elevado profesionalismo demanda. Preséntate
con mi contador el lunes y te contrataremos como danzadora del local. Residirás
en la pieza 47, que es muy amplia y con un bello separador, como todas las
otras, en la que podrás vivir y atender a tus admiradores cada vez que nos
visite la luna, todos los días, excepto los días lunes. Yo como propietario
cobro un 40% de comisión del precio final. Las propinas, regalos y prebendas te
pertenecen en su totalidad. ¿Aceptas el irresistible desafío? –explica y
pregunta el anfitrión con convicción.
-Si usted es realmente el dueño de ese refinado
sitio, acepto. Iré el lunes. Gracias por la oportunidad. No le fallaré, se lo
prometo. Esto es como cumplir un sueño. Me cuesta creer lo que me está
sucediendo y no sé si doy digna de tan alto honor –expresa Jennifer con
humildad y espíritu industrioso.
Las compañeras de labores le dieron a la
veinteañera Jennifer una bienvenida fachendosa, con globos y champagne. Se sintió
a gusto de inmediato y demostró ser hacendosa y responsable desde un principio.
Algunos la pedían sólo a ella, por sus curvas y vaivenes naturales. El maestre
otra vez no se equivocó. Advertía la idoneidad desde lejos. La carrera de
Jennifer era prometedora. La chica 47 ya era titular de ese equipo, que siempre
consigue muchas victorias en el rectángulo de cuatro perillas. Apegado al
ritual, ella fue bautizada con champagne en el jacuzzi, vestida con túnicas
blancas, al igual que todas las guerreras.
Un día se presentó ante el maestre una morena
brasilera de senos grandes con algunas pertenencias, de nombre combativo Garotiña.
Había sido seleccionada por un concurso electrónico que el anfitrión organizó
en la cual las postulantes presentaron un set de fotografías en diferentes
situaciones coquetas, sueños y su curriculum vitae al correo electrónico del
propietario.
Brigitte, la chica 51, del módulo B, también era
una penetrante bailarina sicalíptica que el maestre, que era su representaste
artístico, presentaba en diferentes sitios y ciudades. Una vez presentando su
danza ante los 1700 trabajadores de la empresa minera Los Palitroques tuvo un
éxito tal que la contrataban para despedidas de soltero y otros eventos
masculinos. El anfitrión facturaba casi todos los días de la semana por ella. Como
150 obreros esforzados y bien pagados querían visitar a la bailarina en la
intimidad de su pieza 51, el maestre y el sindicato, en representación de los
trabajadores de la mina que se enamoraron de ella, firmaron un acuerdo que en
sus puntos más importantes señalaba:
-El sindicato arrendará por unos dos meses completos
a Brigitte, con exclusividad.
-Los trabajadores se comprometían a reunir el
dinero de la conveniente tarifa acordada con el representante y el maestre, que
sería depositada fraccionadamente en su cuenta corriente, según el “recibí
conforme” de los proletarios. Al gerente general se le atenderá gratis.
-Brigitte amará con ímpetu y su indumentaria de
bailarina a cuatro o cinco pretendientes de Los Palitroques por noche hasta
llegar al último.
La chica 51 que ya no tenía precio internacional en
sus quehaceres laborales por sus 42 años de edad, era accesible para mineros
ahorrativos y entusiastas. Y así fue, todos cumplieron el acuerdo de
caballeros. Brigitte amó con robustez a cuatro o cinco admiradores por jornada
hasta completar la cuota de 150. Algunos obreros que disfrutaron de su compañía
le llevaron rosas rojas o poemas. A veces el romanticismo y la literatura se
apoderaban de los nidos del amor. Este mismo trato lo hizo con los operarios de
varias otras empresas prósperas. Las colegas de cariño le decían “la
empresaria” a la 51. Como todas las funcionarias de
El 8 de diciembre del año 2030 el maestre detiene
las coreografías del tablado para despedir o jubilar a Naomi, quien cumplió
brillantemente 20 años de servicio, y se dirige por el micrófono a todos, con una
emoción contenida: “Damas y caballeros para mí es un honor despedir en esta
noche de
“Damas y caballeros –ella intenta mantener la
compostura-, les comunico a todos ustedes que fue un honor ser una dama de
compañía durante dos zarandeadas décadas en este nido del afecto vehemente. En
cada jornada puse todo de mí. Siempre me acicalé y me alimenté adecuadamente e
hice todos mis ejercicios y tareas. Y de mis admiradores solo recibí palabras
afectuosas y más de algún aplauso. Desde ya pido disculpas -caen algunas
lágrimas- si en algo me equivoqué o si en algún momento no puse todo el
esfuerzo que las circunstancias ameritaban. No soportaría ser un mal ejemplo a
las colegas, a las chiquillas. Me retiro con la frente en alto. Literalmente
entregué mi piel y mi ser. Nunca arrugué y siempre fui puntual y movediza, por
obesos o gigantes que fueran los caballeros. Nunca saqué la vuelta o presenté
licencia médica. Mis sagrados deberes eran lo primero. Siempre pensé en el
prójimo, en ese otro que ingresaba anhelante a mis agitadas sábanas. Vendrán
nuevas y frescas flores a adornar este prestigioso jardín. Nadie es
irremplazable. Por alguna razón, siento un vacío dentro de mí, mas debo partir.
La chica 36 les desea lo mejor. Y como me dijo un transpirado italiano después
de ponerse la camisa muy contento: “arrivederci””. Todos los presentes, sin
excepción, levantaron su copa de champagne francés y le cantaron a Naomi el
himno “Llegó la hora de decir adiós”, por mientras caminaba a su nido con su
último acompañante, que la pidió con ruegos. La gente y sus colegas la
siguieron y se detuvieron en la habitación 36 con halagos y una ovación. La
conmoción era insostenible. Naomi con un pañuelo blanco saluda desde el dintel
de su puerta a esa improvisada y pequeña aglomeración que vino a despedirla. La
chica 36 cerró la puerta como una mariposa y amó con desenfreno, como era su
costumbre, a su postrero galán. En su alma portaba toneladas de melancolía, que
se subieron al avión con ella. Una historia de ahínco terminó, y la fiesta perenne
continuó.
El “comando” se presentaba trimestralmente con su
casco, bototos, pistolas y metralletas de plástico y su uniforme de militar.
Dentro del ramillete optó por Sabrina, a la cual le entregó un disco compacto
con marchas militares que incluían cañonazos, ruidos de aviones y balaceras,
como en las películas sobre Vietnam. A él le gustaba marchar por todos lados. Si
bien el volumen era ensordecedor, las piezas estaban acondicionadas para
neutralizar la contaminación acústica y todo tipo de ruidos. La chica 10 se
puso pintura de guerra en la cara y en parte de su cuerpo, más una boina, una
cantimplora y otros elementos belicosos que incluían el que ella marchara con
él dentro del nido, con estricta marcialidad. Él le daba órdenes con voz
potente y ella obedecía como soldado raso. Concluida su “batalla” en la cima
del colchón, el comando se retiraba vestido de civil y con su uniforme,
material de guerra y disco en su brazo. La chica 10 fue sometida a un régimen
de silencio por un par de horas, salvaguardando así sus tímpanos.
Don Clodoveo, un acaudalado empresario, al que lo
acomplejaba su disfunción eréctil, se presentó discretamente ante el maestre
solicitando el tratamiento adecuado. Grace, que estudió sicología en la
universidad un año y que conocía el tema dentro del campo de juego y que poseía
experiencia en este quisquilloso lío masculino, aceptó el desafío de someter a
terapia don Clodoveo con bailes, ungüentos y jacuzzi, más los trucos del amor.
Obviamente en una hora era muy poco, así que pagaba sesiones completas que
podían durar varias horas. Si bien el prestigio de
Las puertas de las habitaciones estaban adornadas
con flores de plástico, por dentro y por fuera, con un epicúreo antejardín
sobre la alfombra fina de color verde pasto que cubrían unos pasillos que daban
la esporádica impresión de que se estaba en el campo, en la selva amazónica. Las
parejas caminaban solemnes hacia las habitaciones, como si fueran novios. Un
caballero podía solicitar cualquier dama en medio de la algarabía del salón.
Sólo tenía que pasar por la caja y comprar el número de la señorita que lo
había cautivado y acercársele con buenos modales solicitándole que lo acompañe
a su nido.
El maestre era muy riguroso en obligar a las
funcionarias a visitar al ginecólogo una vez por mes. Era un deber moral tener
una salud apta para el servicio. Las bajas o desvinculaciones de la tamizada
Casona por razones de higiene o conducta impropia fueron poquísimas. Hubo que
enrielar a otras que se comportaban como futbolistas, obispos o parlamentarios.
La probidad era un principio ético intransable en el maestre.
El “ensangrentado” era un varón musculoso y alto
que pasaba primero a la sala de maquillaje a pintarse de rojo con el propósito
de dar la sensación de que estaba algo herido y con sangre. Obviamente,
Scarlett se “ensangrentaba” la cabeza y parte del cuerpo e ingresaba a la pieza
15 “muy herida” a entregarle su fuego y “dolores por doquier”. Las áreas de
maquillaje, utilería, vestuario y producción eran capaces de materializar los
requerimientos más enmarañados o extravagantes. En algunas oportunidades se
vestían al estilo Luis XVI o de cavernícolas o de persas o de monjas o de
marcianas.
A
El “bullanguero”, de más 60 años de edad, vestía
sobriamente. Lo que sí era obligación, que Cleopatra pusiera en su nido 8 unos
discos compactos, que tenían grabado con un alto volumen los insuperables
gemidos orgásmicos de una mujer disfrutando del sexo desesperadamente y a
cabalidad. Cleopatra ponía tres discos distintos a la misma vez, en los tres
aparatos musicales que había en su dormitorio. Por la obscena bulla, las
colegas adivinaban que el circunspecto “bullanguero” las visitaba.
La “estatua de la libertad” era poco requerida
porque tenía relaciones sin moverse. Su rol era permanecer tiesa de principio a
fin. Era más que nada una curiosidad.
“La monja”, o la chica 2, que se vestía como tal,
si bien era insaciable y transpiraba la gota gorda en el lecho, obligaba a sus
admiradores a rezar los tres minutos primeros antes de iniciar las tocaciones
formales del temporal amorío. Al parecer padecía fiebre uterina porque era una
máquina invulnerable en el cuadrilátero. Era toda una digna eclesiástica.
Al “gritón” era fácil de atender, sólo se requería
de voluntad y ánimo. Britney debía desvestirlo y manosearlo sin disfraz ni nada
usando métodos clásicos. Lo que sí en el acto sexual propiamente tal a él le
gustaba gritar como Tarzán, utilizando variadas perspectivas, y después le
pedía a su amada que gritara ella, lo más fuerte que pudiera, para terminar
gritando los dos. El “gritón” se iba totalmente desestresado a su hogar. Veía
en las funcionarias públicas unas terapeutas, entre otros.
Esta es una milimétrica parte de las cien mil
historias de
FIN
Del blog índice “LAS SOTANAS DE SATÁN”.
http://lassotanasdesatan.blogspot.com